Empacar de forma eficiente es clave para una mudanza exitosa y sin estrés. Comienza por planificar el embalaje con antelación, clasificando tus pertenencias por prioridad. Empieza por empacar los artículos que usas con menor frecuencia, como objetos decorativos o ropa fuera de temporada. Invierte en materiales de calidad como cajas resistentes, cinta adhesiva y material de protección para objetos frágiles (plástico de burbujas o mantas).
Una buena práctica es etiquetar cada caja de forma clara con el contenido y la habitación a la que pertenece en la nueva casa. Esto te ahorrará mucho tiempo cuando llegue el momento de desempacar. Además, al empaquetar, utiliza el espacio de forma inteligente: coloca los objetos pesados en la parte inferior y los más ligeros en la parte superior para evitar daños.
Si tienes objetos frágiles, asegúrate de envolverlos individualmente y no sobrecargar las cajas. Aprovecha para deshacerte de lo que ya no necesitas. Donar o vender artículos antes de la mudanza reducirá el volumen total, haciendo el proceso más rápido y económico. Recuerda mantener a mano una «caja de esenciales» con lo que necesites los primeros días en tu nueva casa.
Finalmente, considera la posibilidad de pedir ayuda a amigos o familiares. Un par de manos extra puede hacer que el proceso sea más rápido y menos agotador. Además, empaquetar en compañía puede ser una excelente oportunidad para compartir anécdotas y risas, haciendo de una tarea tediosa una experiencia más amena. Si lo prefieres, también puedes contratar servicios de empaquetado profesional que te ayudarán a ahorrar tiempo y asegurar que tus pertenencias estén bien protegidas para el traslado.