Si quieres evitar que el calzado se dañe a la hora de trasladarlo a tu nueva residencia, deberías tomarte en serio la forma en la que lo guardes, de lo contrario este puede llegar aplastado, raspado o deformado. Por eso, hoy queremos darte unos consejos para que puedas aplicarlos en la mudanza a tu nuevo hogar.
Nuestra primera sugerencia es que lo limpies muy bien antes de empaquetarlo, de esta forma no acumulará polvo ni malos olores. Y por descontado, no te lleves ningún calzado que no vayas a usar, si se encuentra en buenas condiciones puedes donarlo, y si no, lo mejor es que te deshagas de él para evitar más trabajo.
Lo ideal es que una vez lo tengas todo limpio, vayas envolviendo cada pieza de forma individual, por ejemplo en bolsitas de tela, el caso es evitar que se rocen unos con otros. Y si además rellenas cada zapatos con papel de periódico impedirás que este se deforme.
A la hora de elegir las cajas para realizar el traslado, te recomendamos no escoger tamaños muy grandes para no sobrecargarlas. Lo mejor es que estas sean reforzadas y que en cada una de ellas introduzcas como máximo seis pares de calzado.
Y nuestro truco final consiste en colocar en la base de la caja los calzados que menos usemos, de esta forma no tendrás tanta prisa en desempacar todo de golpe.